20 jun 2011

Antes de que amaneciera salí huyendo de tu cama, en tu espejo un testamento, no nos queda nada. Dejé tu barra de labios y con ella un par de años de quererte por las tardes, de mañanas sin llamarte. Tú me enseñas que se puede querer lo que no ves. Tropezamos de repente, como en un nuevo 11S , sonreíste a quema ropa contra el filo de mi boca. Susurraste que el pasado es solo como un día malo, y la lluvia abrió las puertas de mi vida en tu Ford Fiesta. No consigo recordar porque motivo me fui, pero en tu cuarto de baño

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