1 sept 2011

Cierras los ojos, dicen que haciendolo puedes concentrarte, pisas el cesped y colocas el balón, das tres pasos hacia atrás y uno a la izquierda, respiras ondo y piensas... ¿Por la escuadra izquierda o la derecha?... 
con un tiro rápido y limpio.. 
todo habrá acabado...
 pero tienes presión, todo depende de ti.. 
el juego esta en tus manos, escuchas la gente corear tu nombre, pues todos confían en tí, tambien escuchas a tus compañeros de equipo, todos chillan y animan, si todo sale bien..
con un tiro eficaz todo el esfuerzo habrá merecido la pena, pero si fallas... ¡NO!, no existen fallos en mi mente, porque yo sueño con hacerme un hueco, porque me levanto por las mañanas y me acuesto con el balón en los pies, porque he sufrido, he llorado y he sudado día tras día por que me convoquen en los partidos, y porque cuando el balón entra en la portería vuelvo a tocar el cielo.
Ahora, abro los ojos, tiro a puerta.. golpe rápido, limpio y ajustado a la escuadra izquierda, tanto que ni el portero puede frenarlo... y ahí es cuando comprendo... porqué me pierde el futbol, porqué no "és solo un juego"... es tocar el cielo, és sentirte invencible, fuerte, seguro... es ver como miles de personas sienten con un mismo latido y euforia lo que tú sientes cada vez que sales al campo a sudar la camiseta, porque lo harías mil veces podiendo o sin poder, sólo es ponerte las botas y dejarte llevar..

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